Esa es la frase que acaba de mandar Stephen Hawking a la NASA a sólo dos días del histórico encuentro de la sonda New Horizons con Plutón.
Lo llevamos en los genes, nos ha hecho sobrevivir como especie a lo largo de nuestra corta pero intensa historia. Necesitamos explorar… antes nuestro objetivo era buscar un lugar con alimentos y refugio, ahora queremos adentrarnos en nuestro vecindario cósmico, queremos conocer porqué estamos aquí, queremos saber si la vida es algo especial y único de nuestro mundo o, si por el contrario, es un paso más en la evolución del Cosmos… necesitamos averiguar si somos capaces de vivir fuera del planeta que nos vió nacer como especie, queremos ver lo que hay más allá de nuestras fronteras…
En estos momentos una pequeña nave está a 46 horas de sobrevolar un planeta enano situado justo en los límites de nuestro sistema solar, un viaje de descubrimiento que no ocurría desde que la Voyager 2 sobrevoló Neptuno en el año 1989, un viaje que puede ser el último de sus características ya que con estos datos e imágenes concluimos el primer “gran vistazo” a los planetas y satélites más significativos de nuestro entorno, a falta de algún invitado no esperado más allá de la órbita plutoniana.
Ver por primera vez un mundo es una experiencia que suele ocurrir solo una vez en la vida o quizás ninguna. Descubrir su orografía, descifrar los elementos de los que está compuesto, observar fenómenos que solo se producen en su superficie… eso es explorar, y la exploración solo la mueve la curiosidad, justamente lo que mantiene viva a una especie.
Somos exploradores, siempre lo hemos sido…